Oración a María Santísima para todos los días

Gloriosa Emperatriz del cielo, alegría de los ángeles y consuelo de los hombres: en tu amable presencia nos postramos humildes en este día, y te damos el parabién por el dichoso nacimiento de tu Hijo y Señor Nuestro.

¡Purísima Virgen María!, una y mil veces te bendice mi alma, te venera mi corazón y te predican mis labios. ¡Bendita entre todas las mujeres!, porque le concebiste y le diste a luz al mundo con admirable realce de tu virginidad.

Nosotros todos nos alegramos por este soberano privilegio y, al mismo tiempo, por el supremo honor que Dios te concedió al hacerte Madre suya. Por ese singular privilegio y legítimo título, seas reconocida y respetada por los ángeles, pastores y los reyes, bendita entre los profetas Simeón y Ana.

Llenos de confianza te pedimos nos alcances de tu Hijo, Niño amoroso que tienes en tus brazos, la paz que tanto deseamos. Amen.

Día Septimo: Se considera la humilde adoración de los Pastores y la dulzura con que los recibió María, Señora Nuestra

Del Evangelio de San Lucas (2, 15-20)

Y sucedió que, cuando los ángeles se marcharon al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado». Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.

Oración

Bondadosa Virgen María, Madre de Dios, que te has dignado recibir con amabilidad y dulzura a los pobres pastores que avisados por el ángel venían llenos de devoción a adorar al Verbo hecho Hombre, que había nacido de tu vientre virginal. ¡Señora, qué grata fue para Ti, esta sencilla y afectuosa adoración, que te anunciaba la que en todos los siglos debía recibir tu amado Hijo de los verdaderos Pastores de la Iglesia!

Alcánzanos, Señora, que desciendan sobre ellos abundantes bendiciones del Cielo, en un tiempo que tanto necesitamos su vigilancia y su celo y que nosotros, siguiendo su testimonio y enseñanzas, de tal suerte adoremos a Jesús en esta vida, que le gocemos en la eterna. Amén.

Se rezan tres Avemarías

Detalle de una foto de la Virgen de Belén (Década de los 50 del siglo XX)
Detalle de una foto de la Virgen de Belén (Década de los 50 del siglo XX)

Oración final para todos los días

Piadoso Jesús, Hijo del Eterno Padre, que por amor te dignaste descender del cielo para buscar a los tristes hijos de Adán, rodeado del cariño de la Virgen María, naciste en el desvalimiento de un pobre portal. Nosotros agradecidos te venimos a adorar, movidos por la fe te confesamos en tu humildad: Señor Supremo, Creador Universal, Rey Fuerte, Príncipe de la Paz, Dios Verdadero que por nosotros te has hecho hombre.

Postrados ante Ti, te ofrecemos, por justo agradecimiento, todo nuestro corazón, suplicándote con el mayor afecto, te dignes recibir nuestras ofrendas que por la intercesión de tu Madre te presentamos en agradecimiento por cuanto has hecho por los hombres y en desagravio por cuanto hemos hecho contra ti. Amen

Santísima Virgen de Belén, ruega por nosotros ante tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, Amen